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El hábitat tradicional iban consiste en una longhouse (casa larga), estructura semipermanente que alberga a 20 familias o más en apartamentos separados.

Obtienen su subsistencia esencialmente de la agricultura (arroz de montaña), la pesca, la cría de ganado menor, la recolección de productos de la selva y ocasionalmente la caza. Hasta una época reciente, la resina, el mimbre, las esencias de algunos árboles constituían los principales productos que canjeaban por hierro o tejidos.

Sin embargo, la importancia creciente del dinero en los intercambios modificó poco a poco las necesidades de esa población. Los iban de esta región son en gran medida autosuficientes y capaces de fabricar a partir de materiales locales la mayor parte de los objetos que utilizan a diario, y hasta hace poco no disponían de ingresos regulares en dinero por encontrarse muy lejos de los mercados.

De diez años a esta parte, el turismo ha modificado la situación convirtiéndose en un “nuevo mercado” de la biodiversidad. Al igual que el turismo rural en España ha permitido que muchas familias de agricultores pudieran seguir viviendo en y del campo, en Sarawak cada vez son más las familias iban que alojan a los visitantes que visitan su territorio.

Muchas ‘long-houses’, a lo largo de los ríos que discurren por las junglas al norte de Kuching, representan una nueva generación de productos turísticos que sacan partido de las relaciones complejas entre el bosque tropical y sus habitantes.

Por tratarse de una región remota, gran parte de la selva original al norte de Kuching, sobre todo entre los ríos Lemanak y Batang Ai, ha sido preservada.

Más allá del río Ai, de aguas cristalinas, se extienden el santuario de vida salvaje de Lanjak Entimau y el Parque Nacional de Batang Ai, creado para proteger las últimas poblaciones de orangutanes.

Los iban que viven en la región y que trabajan en cooperación con los tour-operadores de Kuching y Kuala proporcionan transporte, guías, alimentación y alojamiento.

El objetivo perseguido es dar a los visitantes una visión de la vida en la selva y en las longhouses e incitar a la población local a preservar la fauna y el entorno, permitiéndole ganar dinero gracias a los circuitos turísticos.

Jason Beh, gestor de turismo sostenible, KL 2006

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